Hoy ha venido al instituto a hablar conmigo un padre. Su nombre empieza por P. y es un padre implicado en la educación y preocupado por el fracaso escolar. Los dos hemos intercambiado ideas: él como padre, yo como profesora y jefa de estudios. La educación es un tema complejo, difícil de analizar en una conversación antes de comer. Los dos conocíamos, antes de empezar a hablar, las miserias del sistema, lo difícil que es acabar con el fracaso escolar, lo inaccesible que es que "los hombres con traje" nos escuchen con empatía, lo imposible que las editoriales bajen los precios de los libros de texto...La montaña está ahí, pero siempre podemos poner "granitos de arena" desde nuestra posición, como profesores, como padres, como alumnos.
2 comentarios:
Lo fácil es echarle la culpa al político. La tiene, por supuesto, pero antes de cargar contra él, los demás integrantes del sistema deberíamos preguntarnos si, efectivamente, estamos contribuyendo con nuestro granito de arena a que esto vaya mejor.
Efectivamente, podemos ver nuestro nuevo Centro como muchos granitos de arena puestos por profesores, alumnos, padres, políticos, empresarios...y hoy por hoy tenemos un Instituto del que podemos sentir y decir que lo hemos "construido" entre todos. Aún así habrá gente que no esté de acuerdo con el resultado. Es lo que tiene el ser humano, nunca se da por satisfecho aunque hayan motivos para ello. Pero eso ya pertenece a nuestra condición de humanos.
Por ello, sí es verdad que muchos problemas se van solucionando y vamos mejorando pero seguirá habiendo personas que se empeñan en no reconocer, al menos, las cosas positivas que se han hecho.
Como decía, condición humana. Es nuestra "idiotosincrasia" permítanme la expresión
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