Construir es más difícil que destruir.

Hoy me he encontrado con un artículo de Antonio Gala (pegado en la puerta de la cafetería de mi instituto) en el cual se expresa la idea de que no todos los caminos hacia el conocimiento han de ser necesariamente universitarios y que también hay otras vías, por ejemplo la vía de la formación profesional. Indicando en el mismo que el propio gobierno trata de flexibilizar las distintas opciones. Siempre es el mismo motivo de polémica (en centros de enseñanzas mixtas) porque en nuestro colectivo de profesores hay quienes imparten clases en ESO y Bachillerato mientras otros lo hacen en la Formación Profesional. Pues bien, lo que dice Antonio Gala es perfectamente correcto hasta la siguiente frase: "¿Es indigno no ser universitario? No, pero sí un parado gilipollas", cerrando de esta forma su artículo. ¿Qué entendemos en esta última afirmación? ¿Es el universitario parado un gilipollas, o todos los parados son gilipollas, o después de la universidad al no encontrar trabajo uno se queda como un gilipollas o, que la universidad no garantiza trabajo y la FP sí?. En todo caso, el adjetivo gilipollas a mi modo de ver, en realidad hace alusión a cualquier persona que estando parada no hace nada por salir de su situación sea universitario, trabajador sin estudios o que venga de la FP. Pero claro, la polémica no viene por el artículo de Gala en sí mismo sino porque al exponerlo públicamente y difundirlo a tutti plé parece que se le quiere dar en los morros a alguien. Pues bien, por mi parte queda zanjado el tema diciendo, que el primer molesto es el propio Antonio Gala al que se le cierra un instituto de FP que llevaba su nombre, al no entender esa situación, escribe un artículo de opinión, aquí se difunde y los profesores que se sienten aludidos y molestos consideran como una mala acción la decisión de alguien al exhibirlo públicamente. Yo lo tengo claro, lo que diga Gala es su opinión, yo tengo la mía propia y aunque me pongan en la frente durante todo el día el artículo escrito del Gala pensaré lo que desde mi experiencia he aprendido: hay que trabajar por los alumnos y dejarnos de polémicas absurdas; preocuparnos más de buscar la colaboración entre todos para que ellos (los alumnos) puedan decidir en función de sus intereses y no de los nuestros. A ver si después de tantos años trabajando juntos, consiguiendo bastantes objetivos importantes vamos a destruir lo que tanto cuesta construir... por una tontería.