Qué grandísima oportunidad, como alumnos o como escuchantes (que no como simple oyentes) el poder asistir a una clase con el maestro Ferrero a petición de su hija, Sara Ferrero Punzano (profesora de Historia de nuestro Instituto). Me he sentido especialmente emocionado al reencontrarme con mi maestro (si se me permite), que desde hace unos cuantos años no veía, y que ahora desde una perspectiva más madura y adulta puedo comprender y entender mejor que por aquél entonces (un adolescente de unos 16 o 17 años como los alumnos a los que va dirigida esta clase).
Nada más empezar: "no he venido a dar una clase de historia, sino a hablar como escultor de otro escultor: Miguel Ángel Buonarroti". Pero la verdad es que, sin poderlo evitar, acabó hablando de Historia, de Arte, de Música y de la vida misma en lo que para mi fue un recorrido visual descrito a la perfección por el Renacimiento italiano, en el que nos habló de las obras más importantes de Miguel Ángel: La Capilla Sixtina (también de su restauración y el entorno con obras de coetáneos), El Moisés, el sepulcro del Papa Julio II (por aquél entonces los Papas también luchaban por las tierras y posesiones), el David, etc.. Se nos quedó corta la clase, pero con la espectativa de contar en otra ocasión con él y con la sensación del dicho "lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Sólo volver a congratularnos de tener cerca de nosostros a este gran artista, apasionado del mundo clásico, de la belleza y la proporción reflejado en sus propias obras y, a su vez, de poder contar con una familia que siempre deja huella en nosotros por su actitud comprometida en la enseñanza y en el ejemplo educativo, una impronta de la que tenemos que aprender todos para mejorar nuestras capacidades tanto intelectuales como sensoriales.
En definitiva, un verdadero placer haber contado (aunque sólo sea por un día) con Vicente Ferrero.
Para conocer su obra y más información, os dejamos este enlace de obligada visita.
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